domingo, 18 de octubre de 2015

Con los ojos cerrados. Elizabeth Aro.

A veces uno cierra los ojos para evitar una fuga del deseo y con ella una lectura reveladora de nuestro ser. La naturaleza inasible del deseo y del sueño empuja al desafío de atrapar algo cargado de significado.

Arqueología de una foto. Elizabeth Aro

Arqueología de una foto. Elizabeth Aro

Elizabeth Aro (Buenos Aires, 1961), emplea el hilo para sujetar la actividad simbólica que bulle en el interior de la mente. Toda su producción es un intento de operar en lo más profundo del ser humano a través de fibras y filamentos. Su última obra es una interpretación de una fotografía que tomó Man Ray a Dora Maar(Noir et Blanche, 1926). En esta ocasión la propia Elizabeth aparece posando junto a otras mujeres de diferentes culturas con el mismo semblante: como una modelo cuyo rostro permanece en reposo proyectando una fuerte carga de intriga. Es la imagen erótica del descanso que define parte de la iconografía del s.XIX y XX. Y los ojos esa puerta de entrada y de salida al inconsciente.

Elizabeth introduce aquí el tejido como un elemento que registra la vida que aflora del interior del cuerpo, generando así un documento sobre aquello que no percibimos y que sin embargo nos constituye. Una forma también, de explorar no sólo la memoria individual sino también la memoria colectiva. Con ella los sueños ya no se escapan porque son urdidos con hilo de oro.  

domingo, 20 de septiembre de 2015

Maneras de atravesar el tiempo

El hilo al igual que la tinta, se desplaza gracias a un pensamiento. El tejido y la palabra comportan una exploración de nuestro mundo interior. Atraviesan el tiempo y fijan una narración.
Hojas que se llevó el viento


Hoy me acordé de algunas de las piezas más recientes de Mónica Fierro (Córdoba-Argentina,1963). Una artista que emplea el bordado y el collage para regresar también al pasado, al principio de todo y volver a contarse su vida. Para ello interviene los libros y zurce diversos elementos que ilustran el universo literario de su infancia; caballeros, señoritas, animales, plantas, etc. Y desde allí restablece los diálogos y configura nuevas narrativas.
 
Me maravilla ese modo de atravesar el tiempo.


La vecina de Blanquita

http://artebus.com.ar/monicafierro/