martes, 6 de diciembre de 2011

No busquis pas més barbé, ves a can Peric Darnés.

Con estas palabras Joaquim Vayreda, uno de los paisajistas catalanes más destacados del s. XIX, le dedicaba un cuadro a mi bisabuelo conocido popularmente como Peric El Barbé (Perico El Barbero).

Mi abuela junto a sus hermanos y sus padres, Peric y l´Angeleta procedían de Lladó, un municipio de la provincia de Gerona que hace frontera con Francia. Peric regía una barbería ubicada en el piso inferior de la vivienda familiar. Suelo imaginármela de estilo decimonónico vestida de espejos dorados con bandejas de plata ocupadas de hojas de afeitar, maquinillas, pinzas, tijeras o cepillos para el pelo. En aquella época eran muchos los que acudían para sanar las enfermedades capilares. Además, Peric también era el representante de Champagne Freixenet y de la orquesta del pueblo. Por eso no es de extrañar que por su barbería pasaran muchos intelectuales y artistas. De eso modo no tardó en convertirse en un lugar testimonial de los ideales republicanos donde se curaban las infecciones del cabello y se degustaba Champagne.

La pintura de Vayreda presidía la barbería. 


 - ¿Dónde está el cuadro?, le pregunté hace años a mi abuela.

- La casa, la barbería, el cuadro de Joaquim Vayreda, todo se dejó en manos de cooperativas republicanas.

Su mirada se perdió en algún lugar, demasiado lejano para mí.

- Hay cosas que se marchan. Deliberó, mostrando un estado de conformidad con los hechos.

Siempre que llego a este punto, el relato se detiene y tengo que volver a empezar. Pero cada vez que lo intento me encuentran las mismas palabras de mi abuela sin posibilidad de un fin.

(No busques más barbero, ve a casa de Perico Darnés)

1 comentario:

Anónimo dijo...

molt maco Mireia......
papá