miércoles, 4 de enero de 2012

Sopa de letras

Salí temprano de casa para ir al trabajo. Hacía mucho frío. Al doblar una esquina advertí a pocos metros, a un hombre erguido detrás de un enorme puchero. Ofrecía tazas de caldo caliente a todo el que pasaba por allí. Me acerqué para curiosear.

-¿Desea una taza de caldo señorita?

- No sé.

- ¿Tiene algo importante que hacer esta mañana?

- Sí, tengo que defender un proyecto en una reunión.

- Para que su exposición sea un éxito, le sugiero que tome un poco de mi sopa de letras.

Pensé de inmediato en la mala noche que había pasado. Los nervios de la reunión no me dejaron dormir. Cada vez que tengo que hablar en público temo quedarme en blanco y que las palabras me abandonen cuando más las necesito. Así que decidí probar la sopa de letras, confiando en que un milagro obrase a mi favor.

No podía creerlo, las palabras salían de mi boca y jugaban entre ellas sin miedo, hacían piruetas, brincaban, encajaban las unas con las otras, danzaban seguras de sí mismas. Todo tenía sentido, como por arte de magia, resultó que mi proyecto cobró vida y fue aprobado por unanimidad. A la mañana siguiente pasé por el mismo lugar deseando encontrar a aquel hombre y su gran puchero, pero no vi nada. Estaba soñando.


Al despertar comprobé que quedaba poco tiempo para la reunión. Desayuné un café con leche y una magdalena y me fui corriendo. Cuando estaba a punto de empezar a contar algo sobre mis propósitos, el discurso se detuvo. Cogí aire. Sentí una ola de calor barriendo mi rostro, mis latidos eran como reclusos dispuestos a atravesar mi pecho a base de martillazos. Las palabras se escondían, venían a mi mente sin orden alguno, tropezaban unas con otras, patinaban, apenas se sostenían. Con mucha dificultad logré armarlas. El proyecto saldría adelante con el consentimiento de todos. Estaba agotada. De regreso a casa me preparé una sopa de letras. Después de entrar en calor, me quedé dormida. Aquella noche, no recuerdo haber soñado nada.

2 comentarios:

Codeino dijo...

Aterrador!!
Ahora mismo me compro en el Spar siete bolsas de mini letras de pasta.
Ya decía yo que con los choco crispis iba yo un poco lentorro...

Ares Casado dijo...

Quiero una sopa!

A.