lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuando ver es una impresión

Hace algún tiempo Juan decidió diseñar su propia aventura y representar una suerte de hallazgo. Semanalmente salía a explorar el jardín de su infancia que tan bien conocía. Siendo niño los paseos por este lugar eran una manera habitual de practicar expediciones imaginarias. Años después regresó al escenario de su memoria prendido de la misma ilusión; soñaba despierto que algún tesoro quedaba aún por descubrir en el jardín. Y si por algún casual no existía estaba dispuesto a inventárselo. Se desplazaba hasta un punto previamente escogido para llevar a cabo el ritual de siempre. Lo tenía todo estudiado cuando procedía a enterrar algún objeto mágico para él; un libro, un amuleto o una carta. Cada ocultamiento era concebido como el preludio de un encuentro con algo inesperado.

Una cámara de placas documentaba la acción de camuflar el tesoro durante una larga exposición de 10 minutos. Durante ese intervalo Juan ingresaba en la escena y comenzaba a cavar un pequeño agujero donde introducía su reliquia y la cubría de tierra. Así es como un secreto era depositado en un lugar oculto del jardín dejando abierta la puerta del deseo y del relato. 



En las fotografías de Juan parece que no sucede nada extraordinario, sin embargo es todo lo contario; el paisaje está sembrado de incógnitas. La condición de enigma se intuye en este caso en forma de mancha, de nube oscura. Es el rastro de una presencia extraña que opera sobre el fondo. En sus intervenciones no solo subyace un juego sobre el acto de encubrir y descubrir elementos sino también de mostrarse y esconderse él mismo.




Si “revelar” es “volver a ocultar”, Juan se somete a la naturaleza latente de la imagen dejando al espectador solo frente a lo inasible. En la ausencia nos deja deseantes. A mí me fascina cada proyecto suyo porque detrás de cada tema hay algo sin resolver, que no se acaba de decir o que se ha perdido. Y creo que esa es la mejor fórmula para construir historias.   

Fotos Juan Millás.
Serie; Parece posible encontrar todavía algo por descubrir en el jardín, 2010.

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