jueves, 3 de noviembre de 2011

Pasos...

En el patio de mis abuelos aprendí a caminar y años más tarde a montar en bicicleta. Cada vez que regreso veo parte de mi vida proyectarse en la tapia de ladrillo que lo delimita. Los recuerdos adoptan forma de buganvilla, de leña o de ropa tendida. Veo el tractor entrando en el porche, los tomates y las alcachofas repartidas en cajas. Escucho el canto de un gallo al amanecer y el revoloteo de golondrinas que como cada año vuelven a su nido. Retumban ecos de la posguerra y de la matanza del cerdo. Jordi y yo tenemos grabado en la piel y en la retina los olores y colores que definen este escenario. Claras con limón, patatas y aceitunas hacen los honores de las visitas en días festivos. Desde el primer momento Juan entró a formar parte de nuestro paisaje, fue querido y adoptado como un miembro más de la familia así como todos mis amigos. La pequeña Laia no llegó a conocer a sus bisabuelos Modesta y Jaume, pero hoy este mismo patio es el lugar que ha elegido mi hija para dar sus primeros pasos, que tan cercanos están en el tiempo de los míos.


 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo Miro!.
xoxo
Ares